No-olvido


Alguna vez fuí.
Se enredaba el otoño a la chimeneas
abandonando los chopos su pudor amarillo.
Creí que tenía,
y el universo partía de mí hacia la arcilla
roja de mi infancia.
Como si aquellas cuatro calles adivinaran
ya las rutas de esta huida,
éxodo de nubes desbocadas
que habrán de retornar un día más viejas
a los brazos que nunca las olvidaron,
ni las dieron por perdidas.

Elisa Berna Martínez (c)