Leiber&Stoller

Hace unos días desayunamos con una triste noticia: la muerte de Jerry Leiber. Uno de los compositores más grandes de la historia de la música pop, el primer apellido de la dupla Leiber&Stoller. Los que como yo practican la noble afición de leer y memorizar hasta el último crédito de los discos -y aquí no me voy a poner exquisito, cedés o vinilos, vale todo si tienes la voracidad suficiente- los recordarán por ser los autores de "El rock de la cárcel" o "Stand by me", aunque en mi colección de favoritas se encuentran todos los hits que hicieron para The Coasters. Sí, señoras y señores, hablamos de palabras mayores, muy mayores. Elvis, Celentano o Silvio, otro grande, han cantado sus temas y nosotros, supiéramos o no quién los escribía, los hemos integrado para siempre en la memoria emocional de nuestras vidas. Ya no queda rebeldía en el rockandroll, los "Teddyboys" originales, los que compraron singles recién sacados de Sun Records, tienen más de setenta años y los rockers que se apuntaron a la movida en el revival de los ochenta languidecen en orquestas.

La música no murió el día que Buddy Holly se estampó con una avioneta en mitad de una tormenta de nieve – a pesar de lo que diga la hermosa canción "John Milner" de Gabriel Sopeña-, lo hizo cuando Elvis, atiborrado de emparedados de mantequilla de cacahuete, dijo basta. El exceso terminó con lo contestatario y cuando ahora uno escucha cualquier disco es difícil no detectar una sensación de vacío. Menos mal que quedan las canciones. Para mí es suficiente haber compartido unos cuantos buenos momentos con mi padre y sus cintas de rock clásico. Así que quizá sea el momento de grabar un buen recopilatorio, echarse a la carretera y acudir a la fiesta de coronación del Rey Criollo.



Columna aparecida en el Heraldo de Aragón del jueves 25 de agosto de 2011